La verdad se prueba en la práctica de vida
La Palabra. Jesús habla a “los sacerdotes y los ancianos del pueblo”. Interpelándoles con la parábola de los dos hijos. Uno dice sí a todo lo que le manda el padre pero no cumple nada. Otro dice de entrada no, pero luego se arrepiente y hace lo que el padre le ordena.
- Jesús ya está amenazado de muerte. Le van a condenar las autoridades religiosas judías “sacerdotes y ancianos del pueblo”. En esta situación de amenaza, Jesús habla como los profetas en nombre de Dios. Esas autoridades se presentan como los elegidos, los buenos y cumplidores, que califican y desprecian como impuros a las prostitutas, recaudadores de impuestos, leprosos. Pero en realidad la conducta de aquellas autoridades religiosas que se presentaban como los elegidos y buenos, en la práctica estaba inspirada en la soberbia, la ambición, las apariencias. Todo lo contrario a lo que Dios quiere y la religión verdadera pide
- En la línea profética, esta parábola desenmascara el ejercicio de la autoridad que no busca tanto ayudar a las personas para que crezcan, sino asegurarse a sí misma en posiciones de poder y de privilegio. En la preparación de las elecciones todos los políticos prometen vida y libertad para todos; pero las teorías no sirven, su verdad se prueba en la práctica; todos esgrimen la promesa de mayor democracia, pero ya en la práctica la dictadura se infiltra por doquier. Un falseamiento de autoridad que puede darse no solo en el interior de la organización social sino también de la familia.
- De modo similar puede ocurrir en los cristianos. Por supuesto el fallo es nefasto cuando la incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace se da en los cristianos constituidos en autoridad dentro de la Iglesia. Pero la enfermedad contagia frecuentemente a todos los bautizados. Pertenece al Reino de Dios no tanto el que dice “Señor, Señor” y se conforma con santiguarse y darse golpes de pecho, sino el que, alcanzado por el espíritu de Jesucristo, trata de realizar en este mundo la voluntad del Padre: que todos tengan vida y se relacionen como hermanos. El cristianismo no es cuestión de sublimes teorías, sino de una práctica: el seguimiento de Jesucristo que vivió murió sirviendo a los demás .
Jesús Espeja, dominico
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